
A lo largo de la semana, leo muchos relatos inéditos de alumnos y de diversos blogs, que me dejan las ganas de señalar que ahí hay talento.
Esta es la razón por la que he decidido abrir esta sección en la que pretendo traer algunos de esos relatos de escritores talentosos, siempre con su permiso, que todavía no han sido publicados en editorial alguna o, de no ser inéditos, que han salido respaldados por una de esas editoriales independientes (y pequeñas) que agradecen cualquier ayuda en la difusión de su catálogo.
«El ciclo de los deseos», de Fabricio Capelli
La señora Elvira piensa en la juventud perdida, la piel como un pergamino, las cremas para disimular las arrugas, la capa más espesa de maquillaje para asistir al teatro o al té en el hotel Alvear con sus amigas, las manos con guantes, la tintura cada semana para tapar las canas, la batería de remedios en su mesa de luz, acostarse sola entre sábanas de seda, mirar por horas en la oscuridad la araña que cuelga del techo y el insomnio que no cede. Ramona piensa en las limitaciones de la pobreza, la ropa remendada y lavada infinidad de veces,...
read more«La gente crece en mí», de Belisa Bartra
Sí. Ayer, sin ir muy lejos, me comí un bebé que hoy grita en mis entrañas, ya adolescente. Me parece desconsiderado de su parte, pero ¿qué se puede esperar del hormonal ímpetu que precede a la pausa de la edad adulta? La gente crece en mí y, francamente, creo que demasiado rápido. Así que intento ignorar esas voces, el niño que me zampé la semana pasada murió anoche, ya de viejo. En su etapa adulta, lenta y larga, suelo escuchar murmullos, algunas quejas, algunas risas, algunos llantos. En la vejez solo hay silencio, pero estoy seguro de que...
read more«Sammy», de Hugo Camacho
Todas sus amigas lo tenían y hablaban auténticas maravillas de él. Al principio era como un secreto, como algo que todo el mundo sabía pero que no aparecía en los grandes medios. De repente, un día se topó con un artículo en El País. No en la Cuore ni la Glamour, en El País. Tenía que ser algo serio. Sara se había planteado comprarlo también en aquel momento, pero le daba vergüenza. Hasta que aquella mañana vio un anuncio en televisión que decía que lo vendían en la Fnac y que ya eran nosecuántas mujeres en todo el mundo que lo tenían. No...
read more«Leer entre arrugas», de Ángeles Sánchez
Un día, en el parque, vi un libro sentado en un banco leyendo a una mujer. Al libro se le veía muy nuevo, como recién salido de imprenta, pero la mujer tenía el cutis desgastado, la piel se le caía a trozos. Al libro eso parecía no importarle pues no le quitaba frase de encima. Estaba tan absorto en su lectura que incluso, y como por errata, le lanzó unos puntos suspensivos, momento en el cual la mujer sacó un pañuelo para limpiar unas motas en sus gafas. Al cabo de un rato, la mujer comenzó a ponerse blanca y pensé que había llegado su...
read more«Cautiverio», de Felipe Orozco
«Es un error». Susurra. «No he hecho nada». Dice. «No debería estar aquí». Alega. «No me he despedido de mis hijos». Gime. «Seguro que alguien ha cometido un error». Declara. «Sáquenme de esta prisión miserable». Ruega. «¡Malditos, qué quieren de mí!». Grita. «¡Cabrones, hijos de puta!». Maldice. «Niña, por favor, ¡ayúdeme!». Implora. La niña se acerca a la pequeña jaula, cautivada por tan bello canto. Cautiverio Felipe Orozco [Relato elaborado para una propuesta del Microtaller del Microcuento del curso...
read more«Lucía y la silla», de Rocío Gómez
Cuerpos grandes y pesados y livianos y violentos y otros calientes y tibios y mojados y algunos son de niños que comen dulces o cantan o hablan solos y otros son de adultos que duermen o se besan o reniegan o suspiran o ruegan o pelean en medio de los silencios incómodos de otros que dejan conversaciones a medias y declaraciones de amor que apenas se escuchan y puedo decir que nacimientos aquí no hubo ninguno y muertes solo una que fue la mía en esta silla roja donde estoy clavada y que queda en la esquina cerca de una ventana de la buseta...
read more«El cine», de Carlos Piélago Rojo
A los hipogrifos Todavía me acuerdo de aquella historia. Sí, su recuerdo viene a mi mente a menudo, más en estos tiempos. Éramos una pandilla de chiquillos inquietos a los que les gustaba colarse en casas ajenas, no para robar, sino por el simple hecho de tener la adrenalina al máximo, y después, si nos pillaban, salir corriendo y comentar entre nosotros las aventuras. La mayoría de las veces, las casas estaban abandonadas o derruidas. Mi recuerdo siempre vuelve a la casa del marqués, así la llamábamos, porque un día alguien escuchó que allí...
read more«Santas vacaciones», de Marta Anducas
Llegó un día en que San Martín, cansado de perseguir tanto cerdo, se fue de vacaciones. Y el país entero se llenó de corruptos. Santas Vacaciones Marta Anducas [Relato elaborado en el Microtaller del Microcuento el 22 de abril de 2013.]
read more«Despertar», de Sara Lew
Por la mañana me levanté rara. Y no lo digo solo porque la piel se me caía a jirones y me olía el cuerpo a carne descompuesta, sino porque cuando llegué a la oficina, me pareció ver que todos eran zombis deambulando entre ordenadores y papeles. Despertar Sara Lew [Relato publicado en su blog, Microrrelatos Ilustrados, el 11 de marzo de 2013.]
read more«Asterión», de Vicente Fernández
Bienvenido, humano. Me has encontrado; es el final de tu camino. Te han metido aquí, en este laberinto, para ofrecerte como sacrificio al salvaje, al monstruo, a la bestia. Sí, yo soy la bestia, mírame. Para ti soy horrible, lo sé, pero piensa una cosa: soy único. Aún no sé si eso es algo bueno o malo; es difícil para mí marcar la frontera entre el bien y el mal. Imagino que tú me consideras maligno, y me temes. Sin embargo, de haber existido algún otro como yo, este tendría otro concepto de mí, ¿no crees? Ven, acércate, que no voy a...
read more