En honor de E. A. Poe
El Día de Todos los Santos, mi madre y yo fuimos al cementerio. Desplegamos una manta a cuadros sobre el césped que había justo delante del panteón familiar donde se alojaba mi padre. Mientras mi madre sacaba los emparedados y la tortilla de patatas, yo limpié la tumba de hojarasca y otras suciedades.
«La gente, hija, cada día es más guarra». Quité el ramo de gardenias ya marchito y puse en el jarrón los crisantemos que traíamos. «Qué bonito queda, hija, a papá le hubiera encantado». Me senté junto a mi madre. Ella en seguida me ofreció un emparedado de atún. Le di un mordisco con desgana. Luego cogí la tortilla de patatas y una barra de pan, abrí la puerta del panteón apenas una rendija y las coloqué en el suelo. Una mano grisácea la tomó al instante. «Ay, hija, cómo le gustaba a tu padre la tortilla».
Inés Arias de Reyna
Pedrezuela, 1 de noviembre 2012
Participo con este relato en el Vendaval de Microrrelatos Terroríficos 2012 de Escuela de Fantasía.
4 Comments
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He disfrutado mucho con los micro de terror.
Un saludo.
Sí, fue un día estupendo :). El 28 de diciembre volveremos a hacer un vendaval, aunque esta vez de micros de humor, por si te (os) apetece pasaros :).
Este microrrelato me hace mucha gracia, llevo algunos años compartiéndolo con mis alumnos en noviembre, aunque no lo veo como un entierro prematuro (hasta hoy no he visto el título)… más bien como una tlrtilla de patatas capaz de levantar a un muerto… Sea como sea: ¡es genial!
¡Es que una buena tortilla levanta a cualquiera de su tumba! 😀
Muchas gracias por tu comentario :). El título es un homenaje al relato de Poe con el mismo título.