A Mariana, por inspirarlo
La rana reptó hasta la orilla. Una niña quiso salvarla: la arrojó al agua, pero la roca se interpuso. El estallido provocó fuegos artificiales verdes.
Inés Arias de Reyna
Pedrezuela, primavera 2010
3 Comments
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no siempre nuestras buenas intenciones, lo son en realidad.
Un beso.
Hola buenas…
He llegado hasta aquí a través de los micros del fin del mundo y trasteando un poco topé con este nano que, con tu permiso, me llevo a http://www.charcaderanas.blogspot.com
Un saludo
Permiso concedido. Avisa cuando esté publicado para enlazarlo :-).